"Se considera la Educación Ambiental
como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de
interdependencia con su entorno, a partir del conocimiento reflexivo y crítico
de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural.
Este proceso debe generar en el
educando y en su comunidad actitudes de valoración y respeto por el ambiente, y
de esta manera, propiciar un mejoramiento de la calidad de vida, en una
concepción de desarrollo humano que satisfaga las necesidades de las
generaciones presentes, asegurando el bienestar de las generaciones futuras.
En la medida en que la
educación ambiental propende por la construcción de actitudes y valores de
responsabilidad y respeto hacia todas las formas de vida , implica un cambio de
comportamiento de los individuos y la sociedad frente a su medio, y traspasa
las aulas escolares para convertirse en una vivencia permanente haciendo más
tenue la diferencia entre educación formal y no formal".
La Educación Ambiental busca
promover competencias reflexivas y críticas acerca de la realidad, así como
impulsar el desarrollo humano integral y en este sentido tiene un papel
fundamental en la estrategia de cambio cultural.
La Comisión de Educación de la
UICN ( Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ), definió en
1970 la educación ambiental de la siguiente manera:
“La educación ambiental es un
proceso que consiste en reconocer valores y clasificar conceptos con objeto de
aumentar las actitudes necesarias para comprender y apreciar las
interrelaciones entre el ser humano, su cultura y su medio físico. Entraña
también la práctica en la toma de decisiones respecto a las cuestiones
relacionadas con el medio ambiente”.
La Educación Ambiental debe
partir del conocimiento del entorno, de sus riquezas y potencialidades, de su
rica diversidad natural y cultural, porque lo que no se conoce no se puede
apreciar ni defender.
Si recordamos un poco nuestros
conocimientos básicos, sabemos que Colombia es un país privilegiado en cuanto a
riquezas naturales: es el segundo país más rico en especies del mundo, después
de Brasil, el cual posee más especies, pero en una superficie siete veces
mayor. En promedio, una de cada diez especies de fauna y flora del mundo,
habita en Colombia.
La flora es la primera gran
riqueza, ya que Colombia posee entre 45.000 y 55.000 especies de plantas, de
las cuales aproximadamente la tercera parte son endémicas. Se destacan las
orquídeas, representadas en cerca de 3.500 especies, es decir 15% del total del
mundo.
En cuanto a Vertebrados
terrestres, Colombia ocupa el tercer lugar, con 2.890 especies, de las cuales
1.721 son aves, que constituyen el 20% del total de aves del mundo, mientras
que Brasil cuenta con el 17% y África con el 15%. En mamíferos, alberga 358
especies, que representan el 7% del total mundial. En cuanto a reptiles,
Colombia posee el 6% del total de especies, y en anfibios, aunque actualmente
tiene alrededor del 10% del total, periódicamente se reportan especies nuevas.
Sin embargo, así como Colombia
posee una alta diversidad, esta presenta una enorme vulnerabilidad. Se corre
con un altísimo riesgo de sufrir extinciones masivas, producidas principalmente
por la destrucción de hábitats por deforestación y por contaminación. La lista de
plantas amenazadas de nuestro país abarca cerca de 1.000 especies y en ella,
uno de los grupos más amenazados lo constituye, precisamente, el de las
orquídeas. En cuanto a los animales, se encuentran en gran peligro 89 especies
de mamíferos, 133 de aves y 20 especies de reptiles y 8 de peces, según datos
de la Unión Mundial para la Conservación (IUCN) . Todo esto, sin contar con un gran
número de especies, tanto vegetales como animales, que se encuentran al borde
de la extinción, y que aún no han sido reportadas para la ciencia.
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